La Colina de Turín es un patrimonio verde que se extiende entre la ciudad y la naturaleza, ofreciendo una gran variedad de paisajes, senderos y vistas que invitan a una exploración lenta y consciente. Es un lugar donde se entrelazan bosques, claros, villas históricas y antiguas rutas, creando un entorno único para quienes disfrutan del senderismo, la bicicleta o simplemente del contacto con la naturaleza.
Esta red de caminos, apta para excursionistas y ciclistas de todos los niveles, atraviesa áreas protegidas, puntos de interés natural e histórico, y culmina simbólicamente en la majestuosa Basílica de Superga, un hito visual y espiritual de toda la colina.
Hacer senderismo aquí es más que una actividad física: es un viaje por la historia y la cultura del paisaje turinés. Los recorridos permiten descubrir rincones ocultos, capillas rurales, antiguas granjas y vestigios arquitectónicos, con vistas espectaculares de la ciudad y del arco alpino.
Para los amantes del ciclismo, hay rutas tanto asfaltadas como de tierra, con subidas exigentes o tramos más suaves, ideales también para familias y cicloturistas. Las señales a lo largo del recorrido hacen que la navegación sea fácil y segura, en conexión con la red de senderos del Parque de la Colina de Turín.
Ya sea una caminata breve entre los árboles o una excursión de todo el día, cada actividad en la Colina de Turín es una oportunidad para reconectar con la naturaleza, vivir una experiencia auténtica y llegar, paso a paso, a Superga con una nueva mirada.