La Basílica de Superga, símbolo de la fe y de la historia de Turín, se transforma cada día en un lugar de encuentro para los fieles que, al atardecer, se reúnen en oración a los pies de la Virgen de las Gracias.
El rezo diario del Rosario representa un momento de profunda meditación y unidad espiritual, inspirado en la tradición de la Iglesia, capaz de renovar la esperanza y fortalecer la comunidad en Dios. La oración se convierte en una oportunidad para vivir la tradición mariana, meditar sobre los misterios de la fe y afirmar el sentido de pertenencia a una comunidad fundada en los valores de la esperanza y la caridad.
Dia | Hora de la Oración del Rosario |
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Horario de verano | Todos los días a las 17:30 h |
Horario de invierno | Todos los días a las 16:30 h |
Momentos del Rosario
El rezo del Rosario en la Basílica no es solo el anuncio de una hora fija, sino una experiencia litúrgica en comunión con toda la Iglesia y se desarrolla en momentos bien definidos:
Recepción y Preparación: Buscamos un lugar tranquilo dentro de la Capilla del Voto, dejándonos envolver por el silencio, asistidos por el esplendor del interior.
Inicio de la Oración: Con la invocación inicial, comienza el recorrido meditativo. Cada rosario contiene la repetición de oraciones: el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, divididas en decenas que actúan como etapas del camino espiritual.
Meditación de los Misterios: La oración está marcada por la reflexión sobre los misterios de la vida de Cristo y la Virgen María; una invitación a interiorizar las verdades de la fe, redescubriendo la dimensión de cada momento.
Cierre y Bendición: Con una oración final y una bendición, el Rosario concluye, dejando una sensación de paz y renovación espiritual en los corazones de los participantes.
El Significado de la Oración del Rosario
El Rosario, con su estructura de oraciones y meditaciones, se revela como una herramienta especial para la reflexión personal y la oración comunitaria. Es un momento en el que el bullicio de la vida cotidiana se calma para dar paso al silencio y a una renovada fe. En una época donde el tiempo a menudo se nos escapa, la oración ofrece la oportunidad de detenerse, escuchar y confiar en Dios para encontrarse a uno mismo.